domingo, 24 de febrero de 2013

ME PINTARON PAJARITOS EN EL AIRE




 
Que la primera canción que tenga que poner en mi diario sea esta… en fin… era lo que le pegaba a esta paginita… Aún así… ¡Que la disfruten! 




Te pintaron pajaritos en el aire, te juraron falso amor y lo creíste… Va a ser imposible quitarme ahora la canción de la cabeza… Sus promesas se quedaron en el aire… La primera norma para todo estudiante erasmus, de intercambio, o derivados, es llevar siempre la cámara encima. Siempre. Pues siempre pasan cosas. Siempre. Estas sintiendo lo que algún día me hiciste… El Martes pasado, después de clase, decidí dar una vuelta por el "parque-del-retiro-Grenobliano" como lo llamo yo -no se muy bien porque… porque no se parece en nada al retiro. En nada- o como se llama realmente “Parc Paul Mistral”. 


 
Aunque veo el parque desde el Tranvía los días que voy a la universidad a clases de francés, nunca me habían entrado ganas de dar una vuelta o tomarme algo en una de las terracitas de alguno de sus bares (¿Terrazas en Grenoble? Si, señor. Están locos estos franceses.) No sé si fue el sol que salió de repente, pero el caso es que un impulso hasta entonces desconocido en mí, me hizo pegar varios codazos en el tram para salir a tiempo en la parada correspondiente al parque, antes de que se cerraran las puertas del mismo. ¡Por los pelos! Mientras mal-cruzaba muy distraídamente la calle, traté de sacar torpemente la cámara de fotos de mi nuevo canvas de rayas blancas y negras -nunca me han gustado especialmente los canvas, pero este es realmente bonito. Creánme.- Conseguí finalmente, cruzar la calle y sacar la cámara sin problemas graves, al pisar el césped del parque es cuando oigo como varios coches tocan el claxon. Me giro y veo el tranvía parado, la gente mirando… ¡Atención acaparada! ¡Conseguido! Como es de esperar, salgo corriendo en dirección contaría, como si yo no tuviera nada que ver con el asunto. Cuando ya me había alejado unos metros prudenciales y bien medidos, me vuelvo a girar disimuladamente (creo), todo ha vuelto a la normalidad. ¡Uf! En estas estoy, cámara en mano, cuando oigo a alguien silbar una cancioncilla. Sorprendida, trato de investigar de donde proviene… y es aquí, en este preciso momento, cuando…





Imaginaros la situación… Yo fugitiva de un atasco provocado, él, un desconocido que silba como los ángeles, subido a una cuerda, con los ojos cerrados mientras pinta pajaritos en el aire… Si de por si mi risa ya es suficientemente escandalosa, no os cuento en esta situación. Un ataque de risa descomunal me invadió, y yo claro, me deje. El problema viene cuando el ¿artista? al escuchar mi risa, pierde el equilibrio, se tropieza con la cuerda y se da de bruces contra la realidad –Que conste que todavía me siento mal…-.



Acudo rapidamente a ver si se ha hecho daño mientras me esfuerzo por pronunciar bien, en menos de un minuto, todos los "perdones" que me sé Pardon! Pardon! Désole! Excusez-moi! Pardon! Sava? (Se rie) Pardon! Désole!(Sigue riendose) Vous Blesser? Sava! Sava! –me responde entre risas- Acepta mi ayuda para levantarse, mientras nos reimos los dos. Quelle es votre nationalité? Esta sólo fue la primera de quince minutos de preguntas entendibles para mi pésimo francés. Cuando me tocó “mi turno”, sólo tenía una pregunta obvia, en mi mente. Me contó, que no era un artista, sino que aquello –Subirse a una cuerda y andar con los ojos cerrados, dar saltos y demás acrobacias sin caerse- es un deporte muy serio. Decidió que lo mejor, para que lo entendiera, era mostrármelo, de modo que se volvió a subir, cerró los ojos y siguió con su rutina de ejercicios. Fue en ese momento cuando me di cuenta que aún tenía la cámara en la mano, de modo que decidí celebrarlo utilizándola.



Mi cámara es tan escandalosa como mi risa, de modo que al primer “clic” vi en su cara que sabía que le estaba haciendo fotos. Sonrió de una forma encantadora mientras luchaba por aguantar el equilibrio. Estuvimos así unos minutos. El pintando, yo fotografiando. Al mismo tiempo. -todo hay que decirlo- yo me aguantaba la risa a más no poder de lo cómica que me parecía semejante situación.



Mientras, a nuestro alrededor, el parque seguía su curso natural. Corredores bien equipados dando vueltas al mismo. Abuelos, padres o nunús con niños, jugando en los columpios cercanos. Ciclistas urbanos circulando de un lado para otro. Ancianos, de dos en dos, sentados en alguno de los bancos del parque...
te juraron falso amor y lo creíste… Se volvió a caer, y nos volvimos a reír. Esta vez prometo que no tuve nada que ver. Le ayudé igualmente. Después trató de convencerme para que lo intentara, pero una tiene un sentido del ridículo muy arraigado, y no coló. Hablamos un rato más y nos intercambiamos emails. Prometí enviarle las fotos. Y le pedí permiso para enseñároslas. ¡Concedido! No sin antes, como buen francés, preocuparse mucho por las pintas que llevaba… Así que por favor, no fijaros en los pantalones sucios ni las zapatillas viejas. Ser buenas. 
 



Repito. Erasmus, estudiantes de intercambio, y derivados, cámara siempre. SIEMPRE. Las aventuras se crían solas.

Desde Grenoble, para el mundo entero, se presenta NoéAmelepliage. Noéamelepliage.blogspot.com (Con voz de Yandar y Yostin. Para entender esto, escuchar canción hasta el final.)


*¿La bolsa de pimkie que se asoma en algunas fotos era necesaria? Parece que si...
*Para posibles interesadas. Es francés. Se llama Thibault. Estudia industriales. De nada. Ah! En situaciones normales, viste de camisa y tal. ¿Qué porque lo se? Eso en el siguiente capitulo. Que pasó con el que dijo que te amaba…

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